Cómo aceptar y seguir adelante después de una pérdida
El duelo es un proceso natural y necesario que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Puede ser el resultado de la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja, la pérdida de un trabajo, un cambio de hogar o problemas de salud, entre otros.
A menudo, el duelo puede ser abrumador y difícil de superar, pero es importante recordar que es un proceso normal y necesario para sanar y avanzar.
En este artículo, discutiremos las diferentes fases del duelo, los posibles tratamientos psicológicos para superarlo y cómo abordar el duelo en la infancia.
Fases del duelo
Es importante considerar que la pérdida va generando unas etapas que en general todo el mundo vive. No existe evidencia contundente que todos pasemos por todas ni del tiempo que dura. Si bien parece lógico pensar que algunas personas pasarán más tiempo en una etapa que en otra y que se generarán problemas psicológicos propios de ser tratados en consulta si nos quedamos “anclados” en alguna de las etapas y entonces perdemos el norte de nuestra vida.
-Negación: Es común negar que la pérdida ha ocurrido.
-Ira: Es común sentir ira, enojo o frustración en relación a la pérdida.
-Negociación: Es común intentar negociar con uno mismo o con una fuerza superior para evitar la pérdida.
-Depresión: Es común sentir tristeza y depresión en relación a la pérdida.
-Aceptación: Finalmente, es común llegar a aceptar la pérdida y seguir adelante con nuestras vidas.
Tratamientos psicológicos para tratar el duelo y la pérdida
La terapia de aceptación y compromiso como vía para superar el duelo y la pérdida
Mediante la terapia de aceptación y compromiso (ACT) es possible superar estos desafíos. La ACT es un enfoque terapéutico que se centra en ayudar a las personas a aceptar sus pensamientos y emociones difíciles, en lugar de luchar contra ellos.
La ACT enseña a las personas a aceptar sus pensamientos y emociones relacionadas con la pérdida, en lugar de tratar de evitarlos o resistirse a ellos.
A través de la terapia, las personas aprenden a darse cuenta de que sus pensamientos y emociones no son la verdad absoluta, sino una parte de la experiencia humana. No son el enemigo a batir. Que no son más que “palabras” de las que se puede tener una nueva perspectiva. Al aceptar estos pensamientos y emociones, las personas pueden aprender a vivir con ellos y seguir adelante con sus vidas, a pesar del terrible dolor que supone perder a un ser querido.
La ACT también se centra en enseñar habilidades para manejar pensamientos y emociones negativas relacionadas con la pérdida. Estas habilidades incluyen la meditación, la atención plena y la exposición gradual a las situaciones que evocan la pérdida. Estas habilidades ayudan a las personas a manejar mejor sus emociones y a tomar acciones concretas para mejorar su bienestar emocional. Y continuar teniendo significado y propósito en su día a día .
Además, la ACT también se centra en ayudar a las personas a establecer metas y a tomar acciones concretas para alcanzarlas, incluso en el contexto del duelo. Esto puede incluir establecer metas relacionadas con el trabajo, las relaciones, la salud y el bienestar personal. E incluso con el cuidado de otras personas importantes. Al tomar acciones concretas para alcanzar estas metas, las personas pueden encontrar un sentido de propósito y significado en su vida, incluso después de una pérdida.
El duelo en los niños
-Los niños pueden experimentar el duelo de manera diferente a los adultos. Es importante hablar abierta y honestamente con los niños sobre la pérdida y responder sus preguntas de manera clara y sencilla. -Es importante permitirles expresar sus emociones y proporcionarles apoyo emocional y físico a través de cuentos, metáforas y relatos contados por adultos de referencia o un profesional entrenado para ello.
Ayudar a los niños a crear unos repertorios de adaptación, entender diferentes perspectivas y ser más flexibles en la sociedad en la que vivimos.
Incluso el niño más empático del mundo puede, ante un duelo, generar nuevas conductas que impliquen enormes dificultades. Se trata por tanto de ayudarles a elegir, decidir, crear una nueva jerarquía de importancia en especial cuando la perdida corresponde a un cuidador importante para él/ella.
Se trata de encontrar nuevas propiedades valoradas por el niño que tomen peso específico. Crear nuevas capas para que el pequeño o el joven puedan extraer las cualidades positivas de continuar estudiando, de seguir viendo a sus amigos, de jugar , a pesar de su malestar interior.
El duelo es un proceso natural y necesario que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Aunque puede ser difícil de superar, es importante recordar que es un proceso normal y necesario para sanar y avanzar. No es una enfemedad, no supone la “rotura total” de la persona. (aunque en ocasiones el proceso se hace “bola” y cuesta salir de él)
En caso de sentirse abrumado o no poder superar el duelo solo, se recomienda buscar ayuda de un psicólogo especialista en duelo para poder estar mejor en relación al tema.
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